Belén Ozarín García Profesora del Máster en Formación del Profesorado
Jue, 10/11/2022 - 10:36

Enseñanza virtualAprendizaje en un entorno virtual.

Serie: 'El reto del Profesor en Formación' (XXXXI)

El avance de las tecnologías ha ocasionado su integración de forma masiva a la totalidad de niveles educativos, especialmente en el ámbito universitario.

Los docentes de diferentes áreas de conocimiento deben estar dotados de diferentes herramientas tecnológicas con las que puedan trascender su rol de docente presencial a docente virtual. El rol docente es fundamental para el éxito de la actividad formativa del alumnado y como, de manera autónoma, puedan desarrollar estrategias y habilidades en el manejo de dichas herramientas necesarias para obtener las competencias y conocimientos necesarios en su ámbito profesional.

Existen diversos estudios que agrupan en diferentes categorías el rol docente, bien en el aspecto técnico, social, administrativo y pedagógico (Ryan et al, 2000), o bien teniendo en cuenta las necesidades formativas como evaluador, técnico, tutor y proveedor de contenidos (Cabero, 2001); en ambos casos, se destaca al docente como buscador de información, facilitador y proveedor de recursos. Se debe fomentar la interacción entre los participantes mediante un material educativo adecuado para ello, asimismo, el docente debe fomentar la reflexión, guiar y proporcionar una retroalimentación adecuada, así como evaluar los resultados obtenidos en relación con la materia de estudio.

Es importante que nuestra mentalidad como docentes se adapte a la situación actual. Ser docente implica un compromiso y responsabilidad social, así como un rol activo para que nuestro alumnado se sienta acompañado en todo momento en su proceso de aprendizaje.

Si dejamos a un lado las características académicas como poseer una formación virtual, debemos incidir en la importancia de las cualidades de corte humano y personal en aras de conseguir una comunicación fluida y cercana.

La empatía es fundamental, debemos respetar las opiniones de nuestro alumnado ya que una comunicación fluida facilita la sensación de cercanía del alumno con su tutor. Una cualidad ampliamente relacionada con la empatía es la capacidad de escucha, es por ello que debemos dar a nuestros alumnos la capacidad de expresarse.

Una actitud cordial y agradable es el punto de partida para una buena relación tutor-alumno, dejando atrás las críticas y juicios de valor. El estilo de comunicación debe ser no autoritario y debemos cuidar el uso del humor y del sarcasmo: no todos compartimos los mismos valores.

De igual importancia es el refuerzo y alabanza de las conductas positivas para lograr una mayor motivación de nuestro alumnado.

En lo que a mi experiencia personal respecta, he de destacar el valor de las tutorías virtuales. Si nos interesamos por aspectos como el lugar de residencia, las expectativas del máster, etc, crearemos un clima de trabajo agradable en el que el alumno sienta un valor “real” hacia su persona. Asimismo, debemos hacer que este se sienta que forma parte de un grupo como parte fundamental del proceso de aprendizaje.

Es siempre complicado encontrar un modelo único que funcione con los diferentes grupos, pues cada contexto tiene sus características que lo hacen diferente y único, es por ello, que como docentes debemos valorar las necesidades de cada aula.

Referencias

CABERO, J. (2001): Tecnología educativa. Diseño y producción de medios, Barcelona, Paidós.

RYAN et al. (2000). The virtual university: the Internet and resource-based learning, London, Kogan Page.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1859

Burgos, España

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