Inmaculada Sanz Mateos Profesora del Grado en Periodismo
Sáb, 13/02/2021 - 12:30

Chico que mira a la cámara que autoedita un programa de radio

     Programa de radio, en autoedición

El 13 de febrero es el Día Mundial de la Radio. En los últimos meses,  algunas noticias han tenido y siguen teniendo tanto impacto, que todo lo demás que ha sucedido a nuestro alrededor ha pasado de puntillas, sin darnos cuenta. Y precisamente por la importancia de la información, de la noticia al minuto y de la cercanía en estas situaciones críticas, hubiera sido relevante recordar el papel tan imprescindible de la radio hoy en día. No es baladí, de hecho, el día elegido por la Unesco. El 13 de febrero, día de la Fundación de la ONU, la organización nacida para evitar que conflictos como la Segunda Guerra Mundial, se volvieran a repetir. Una guerra mundial de otro tipo es la que acapara ahora titulares en todos los medios de comunicación.

A pesar de los augurios tecnológicos, la radio se ha mantenido como medio de comunicación frente a las nuevas tecnologías y soportes y, al igual que le pasó con la llegada de la televisión, la irrupción de internet ha permitido un pulso de fuerza y poder que, aunque no ha ganado, no la ha derrotado. La radio ha cambiado porque ha evolucionado y puede ser que se haya adaptado más rápido que nadie a los nuevos sistemas digitales, al streaming y a los podcast. Uno de los motivos quizá sea esa cercanía de la que hablábamos; la necesidad de estar constantemente informados o al día que, aunque lo parezca, no es lo mismo. Las radios temáticas se consumen más que las generalistas y se prefieren las que dan información local.

La radio está más viva que nunca

Los datos están ahí. En estas dos décadas del milenio, su audiencia incluso ha crecido si la comparamos con los años dorados de la televisión – en 1986 era un 55% y en el 2012 alcanzó un 62%, aunque en 2019, se estabilizó de nuevo en un 56,5%, según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación. El número de cadenas se ha mantenido estable, habiendo aumentado el número de emisoras comerciales en los últimos años. ¿Paradójico? No, es lógico: es un medio que puedes escuchar desde diversos dispositivos, te permite ser multitarea y te da la libertad de elegir, teniendo ante ti mucha más variedad temática y de opinión que, por ejemplo, las cadenas de televisión. A eso ha contribuido la llegada de la imagen al medio; poder seguir los programas en directo como si de un plató de televisión se tratara ha permitido integrar a un público que solo consume imagen.

La participación, algo que siempre ha existido en el medio, se ha multiplicado, o triplicado, con la llegada de los mensajes, del WhatsApp y de las redes sociales. En la radio, todo cabe. Y eso que su edad media de audiencia no es nativa digital: un público mayoritario que va desde los 35 a los 54 años; un segundo grupo de los 55 a los 64 y un tercero, de los 25 a los 34 años, según el mismo informe de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación. Sorprendentemente, al menos para mí, los menores de 25 escuchan más la radio que los mayores de 65, por un margen de casi dos puntos.

Y otro dato que habla de la buena salud de la radio es la que se indica que desde 2010 se ha duplicado el número de personas que escuchan la radio por Internet de un 2 a un 4.5% en una década. Según del estudio de EGM de 2018  un 76% de los internautas escucha la radio a diario.Y el número de oyentes se situa en los 20 millones en abril de 2020.

Sinónimo de conexión

Actualmente, en la era de las multiplataformas y los contenidos transmedia, la radio sigue siendo sinónimo de conexión. Si suena la radio, si la oyes, nos sentimos comunicados con el mundo. Es ese gran cajón desastre que todos tenemos en nuestra casa en el que podemos encontrar de todo y al que siempre acudimos cuando hemos perdido algo: noticias, información, historias, música, risas, emociones, etc. La radio está ahí, con cobertura o sin cobertura, con internet o sin internet, en el pueblo más remoto o en el punto marítimo más lejano. Nadie tiene una audiencia tan fiel.

Accesibilidad y facilidad de uso para todas las edades, local y directa, fiabilidad y credibilidad. Estas son las armas para que la radio siga siendo el medio preferido para estar informado sobre todo en épocas de crisis o de incertidumbre. Así ha sido desde su creación y así será, puesto que si hay sonido y voz, habrá radio. Nada más y nada menos.

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