Laura María Aliaga Aguza Directora del Máster en Formación del Profesorado
Jue, 31/03/2022 - 12:00

Innovación y nuevas tecnologías en la educación. Infografía sobre fotografía de alguien con un móvil

Aplicación de la innovación a la enseñanza y la educación.

Serie: 'El reto del Profesor en Formación (XXIV)'

Desde que aparecieron las nuevas tecnologías, nuestra vida ha cambiado completamente. Nadie podía pensar hace 40 años que fuésemos a llevar los teléfonos en los bolsillos o que pudiésemos ver a una persona que está a miles de kilómetros. Este cambio no solo ha afectado a nuestra vida diaria, sino a todos los ámbitos y, entre ellos, a la educación. Asimismo, con la llegada de estas nuevas tecnologías han aparecido nuevos términos en el aula: las TIC, las TAC, las TEP… Pero… ¿Qué pasa con las TOC?

Las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación), como se sabe, facilitan los procesos de adquisición, transmisión e intercambio de información. Esto supone muchos beneficios en educación:

(a) facilitan el acceso a diversa información;

(b) ofrecen inmediatez en el intercambio comunicativo;

(c) poseen gran capacidad de almacenamiento;

(d) posibilitan la digitalización de la información;

(e) ofrecen interactividad;

(f) consiguen un procesamiento rápido y fiable de datos; y

(g) suponen una automatización de trabajo (Marqués, 2000).

Cuando se comprobaron los beneficios que estas herramientas podían ofrecen al ámbito educativo, nacieron las TAC, Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento, con el objetivo de fomentar un modelo educativo más eficiente, puesto que “las TAC van más allá de aprender meramente a usar las TIC y apuestan por explorar estas herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje y de la adquisición del conocimiento” (Granados, 2011, p. 2). Con ellas se cambia el concepto: no se pretende el aprendizaje “de” la tecnología, sino “con” la tecnología (Lozano, 2011).

No obstante, hoy en día la educación tiende a un aprendizaje colaborativo. Aquí entran en juego tanto las TEP como las TOC. Las primeras, Tecnologías para el Empoderamiento y la Participación, se vinculan al modo en que se divulgan ideas por medio de la red; mientras que las segundas, Tecnologías Online Colaborativas, fomentan el aprendizaje colaborativo por medio de intervenciones pedagógicas diseñadas en la red. Con las TEC, además de desarrollar actividades colaborativas tanto de manera síncrona como asíncrona, se promueve “el empoderamiento del docente como responsable de la generación del conocimiento pero al mismo tiempo incentiva la participación del alumnado como copartícipe de su aprendizaje” (Oralia de Dios, 2013, p. 13). De este modo, para que el proceso de enseñanza–aprendizaje se complete, el docente ha debido generar un nuevo conocimiento a través de lo aprendido (Reig, 2012). Por su parte, las TOC pretenden fomentar el aprendizaje colaborativo y cooperativo para que todos los alumnos participen y, además de aprender, se socialicen (Rodríguez et al., 2020). Así, el discente adquiere el rol de protagonista tanto dentro como fuera del aula y el docente el de facilitador, pues su función se convierte en acompañamiento.

Sin embargo, hay que considerar que para llevar las nuevas tecnologías al aula hay que tener una buena formación, pues “si el uso de Internet carece de la didactización adecuada, puede resultar frustrante y generar ansiedad. Por lo tanto, es necesario analizar su potencial como posibles herramientas pedagógicas y aplicar una metodología acorde con el uso en el aula” (Yague, 2007, p. 34). No se puede negar que las estrategias de aprendizaje se están reestructurando, por ello, el profesorado se debe adecuar a esta nueva situación (Rühle, 2019), ya que ser docente no solo significa impartir una materia, sino “supone una reeducación constante para adaptarse a las características de su alumnado, así como a los cambios sociales y tecnológicos que se experimentan” (Aliaga-Aguza, 2021, p. 597-598).

Referencias

Aliaga-Aguza, L. M. (2021). Escenario educativo y clima de aula de la clase de español para extranjeros. En M. Pallarés, J. Gil-Quintana y A. Satisteban (Coord.), Docencia, Ciencia y Humanidades: hacia una enseñanza integral en la universidad del siglo XXI (pp. 595-609). Dykinson.

Granados, J. (2011). Las TIC, TAC, TEP, como instrumento de apoyo al docente de la universidad del siglo XXI. Universidad de Guayaquil, 1 – 10.

Lozano, R. (2011). De las TIC a las TAC: tecnologías del aprendizaje y del conocimiento. Anuario ThinkEPI, V. 5, 45 – 47.

Marqués, P. (2000). Las TIC y sus aportaciones a la sociedad. UAB.

Oralia de Dios, D. (2013). Las tecnologías del empoderamiento y la participación (TEP) en la educación superior y el docente como agente educativo; una experiencia académica con las redes sociales (Facebook), tesis doctoral, Universidad autónoma de San Luis Potosí.

Reig, D. (2012). Estudiantes, autonomía y aprendizaje aumentado: ¿escuelas y docentes como actores clave para otorgar(les) sentido? Encuentro Internacional de Educación 2012-2013, ¿cómo debería ser la educación del siglo XXI?

Rodríguez Fuentes, A., Alain, L. y García, F. (2020). EnSenias: herramienta tecnológica para aprender, enseñar, mejorar y usar la lengua de signos panameña. Íkala, Revista de Lenguaje y Cultura, Vol. 25, Issue 3, 663 – 678.

Rühle, M. (2019). Educación para la adaptación actual de la “teoría de la pseudocultura” de T. W. Adorno en tiempos del aprendizaje permanente. Bajo Palabra, 21 (2), 97 – 108.

Yague, A. (2007). La tostadora se ha vuelto asesina y el ordenador no me puede ver. A propósito de la Internet y la Enseñanza del ELE. Glosas Didácticas, 16, 1 – 16.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1859

Burgos, España

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