Claudio Moyano Arellano Coordinador de Lengua Castellana y Literatura del MAES
Lun, 22/04/2024 - 09:57

Niños leyendo en un parque.

Serie: 'El Reto del Profesor en Formación' (LXXIV)

El 23 de abril se conmemora el Día Internacional del Libro, fijado en esa fecha simbólica como recuerdo del fallecimiento en 1616 de dos de los grandes escritores que ha dado la literatura universal, y que Bloom recogió en su famosa, a la vez que polémica, obra El canon occidental. La escuela y los libros de todas las épocas (publicado originalmente en 1994 y, en español, en 2005): Cervantes y Shakespeare, escritor este último al que Bloom, como es sabido, considera «centro del canon occidental».  

Esta efeméride puede servir al docente de Lengua castellana y Literatura para preparar algunas dinámicas que animen a sus alumnos a reencontrarse con la lectura, en un momento muy complicado en el que la capacidad de prestar atención y concentrarse en una tarea determinada está siendo enormemente afectada por algunos factores propios de nuestro mundo contemporáneo, entre los que destaca la presencia continua de pantallas, como ha denunciado, entre otros, Johann Hari en El valor de la atención (2023).

Pero ¿por qué es importante que los alumnos lean? ¿Qué pueden encontrar en los libros que no les ofrezcan otros productos culturales como los videojuegos, las redes sociales o las series disponibles en la multitud de plataformas que existen? Este es uno de los problemas centrales a los que el docente tiene que enfrentarse cuando reflexione sobre los hábitos lectores de su alumnado, ya que no se trata de que los adolescentes no disfruten leyendo, sino de que existen muchas otras alternativas que compiten por ese tiempo que reservarían a la lectura. Asimismo, hay que tener claro que con leer no nos referimos, simplemente, a la decodificación del mensaje escrito, sino a la comprensión profunda del texto. En este sentido, el desarrollo de la comprensión lectora juega un papel crucial en la motivación de los estudiantes para que la lectura no se erija en obstáculo y puedan disfrutar con el acto de leer (Mata, 2008).

Hoy sabemos, al menos desde la obra de Marshal McLuhan, que existe una vinculación inexcusable entre el mensaje y el medio en que este se transmite. En relación con esta idea, el neurocientífico Michel Desmurget lleva tiempo trabajando en los efectos que las nuevas tecnologías ocasionan en los cerebros de niños y adolescentes (2020). En su último trabajo, además, ha querido resaltar por qué es importante leer. Así, ha explicado con claridad cómo la lectura está íntimamente unida a la construcción del pensamiento, tanto en niños como en adultos. Asimismo, ha mostrado cómo se retroalimentan lectura y escritura. Sin embargo, los niños que leen no solo son más inteligentes y obtienen mejores resultados en la escuela –también en las asignaturas de matemáticas y ciencias–, y escriben y hablan mejor y con más vocabulario, sino que también poseen un desarrollo socioemocional más amplio y son más empáticos (Desmurget, 2024).

Ahora bien, el docente también debe reflexionar sobre qué libros trabajar con los estudiantes, porque es innegable la importancia que esta decisión puede tener en la construcción de futuros lectores. En otro espacio, defendí, junto a la profesora Sara Molpeceres, la importancia de trabajar con nuestros alumnos los clásicos en clase, principal porque muchos de ellos, una vez que abandonen la escuela, no se acercarán a esas obras que nos constituyen como sociedad, pero tampoco hay que olvidar la importancia de la fantasía, género que les suele ser más amable, y que en modo alguno debe ser desprestigiado desde la institución que representa la escuela, ya que permite resolver al adolescente –y también a los adultos, qué duda cabe– los conflictos básicos al menos de forma simbólica.

En definitiva, al calor de la celebración del Día Internacional del Libro este 23 de abril, el docente puede reflexionar sobre la importancia de la lectura en la formación intelectual, personal y cívica de su alumnado y proponer dinámicas que refuercen la motivación de todos ellos para acercarse a los libros. Únicamente si existe esa motivación personal los alumnos se convertirán en lectores, tanto dentro del aula como fuera de ella. Al fin y al cabo, como dijo defendía Borges, «el verbo leer, como el verbo soñar o el verbo amar, no soporta el modo imperativo».

Bibliografía

Bloom, H. (2005) El canon occidental. La escuela y los libros de todas las épocas. Anagrama.

Desmurget, M. (2020). La fábrica de cretinos digitales. Los peligros de las pantallas para nuestros hijos. Península.

Desmurget, M. (2024). Más libros y menos pantallas. Cómo acabar con los cretinos digitales. Península.

Hari, J. (2023). El valor de la atención. Por qué nos la robaron y cómo recuperarla. Península. Barcelona.

Mata, Juan (2009). 10 ideas clave. Animación a la lectura: hacer de la lectura una práctica feliz, trascendente y deseable. Graó.

Moyano Arellano, C. y Molpeceres Arnáiz, S. (2021). ¿Libros para niños o literatura infantil? The Conversation.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1859

Burgos, España

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