Alejandro Pineda Saavedra - Mié, 01/10/2025 - 11:11
Paciente en la consulta de una psicóloga.
Serie: 'El ABC de la Psicología' (XXXIII)
Hace poco fui a visitar un piso con la intención de alquilarlo y lograr con ello la tan ansiedad independencia. Me recibió el arrendador y estuvimos charlando durante un buen rato sobre diversas cuestiones relacionadas con el piso, mis credenciales económicas, la dificultad de esta persona ante la ola de llamadas que había recibido debido a la publicación del anuncio en idealista, entre otras. Durante la conversación, me pregunto de qué era profesor y, ante mi respuesta de psicología, agrego inmediatamente: “Espero que no me estés psicoanalizando”.
Metáfora sobre cómo funciona la mente humana.
No había reparado hasta ahora que había empleado la palabra psicoanálisis. En otros países como Argentina o Francia, el psicoanálisis ha logrado impregnarse a nivel cultural y social de tal forma que no es casual que en dichos países las personas hablan cotidianamente de él. Hace poco un amigo, psicoanalista, me comentaba una anécdota en Buenos Aires; iba en un taxi hablando con otro colega sobre los candidatos para la presidencia de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), cuando el taxista les interrumpió para hablar de las bondades y virtudes de uno de los candidatos. Si bien es cierto que en España el psicoanálisis no ha logrado calar a tal punto, tampoco es extraño que algunas personas ajenas al ámbito universitario o académico usen el término psicoanálisis -como lo atestigua mi anécdota con el arrendatario-.
Hubiera sido interesante continuar con la conversación con él para conocer lo que creía que estaba haciendo mientras lo escuchaba; sin embargo, esta anécdota me da pie para hablar sobre lo que es el psicoanálisis.
Freud y el psicoanálisis
Freud en Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-1917/1992), texto recomendable para todo quien quieran introducirse en el psicoanálisis, menciona ciertas dificultades en su transmisión, y al hacerlo, precisa dos cuestiones fundamentales: 1) es un tratamiento que cura a través de la palabra y 2) es un tratamiento en el que el analizado establece un lazo afectivo con el analista, a partir de lo cual le comunica aspectos íntimos de su vida anímica -que no confesaría a otros-.
Puede esta definición, siguiendo a Freud (1926/1992), llevarnos a pensar en una relación confesional entre el feligrés y el cura: ¿Acaso el analista al igual que el cura no escucha las confesiones de su paciente -feligrés-, y le cura a través de palabras ensalmadoras -oraciones-? Podemos aquí pensar en otras relaciones de amistad u amorosas, y en esa sensación de que los secretos que uno le cuenta a esa persona son escuchados, y lo que le dice le sana inmediatamente. Freud (1926/1992) contempla que el tratamiento psicoanalítico involucra al inicio una confesión por parte del paciente, y que la palabra posee un cierto poder ensalmador, sin embargo, su esencia no radica en estos aspectos.
El analista no intenta disuadir al paciente con respecto a su malestar, buscando convencerle de lo contrario; en otras palabras, se refrena de influir sugestivamente sobre su paciente. Por ejemplo, si un paciente padece una angustia incontenible si sale del perímetro de su barrio, uno no intenta sugerirle que no existen razones para sentirse así, dado que vive en un barrio seguro, etc. Más bien, se le señala que esa sensación tan intensa y recurrente debe tener una base real, y que el tratamiento analítico se dirige a descubrirla. Esta forma de proceder sitúa a este tratamiento no como una cura maravillosa -inmediata-, sino como una cura que involucra un proceso que puede durar meses o años -lo que demande tal descubrimiento-. Para conseguirlo, se sigue el método psicoanalítico, que revisaremos en una nueva entrada.
Mujer frente a una ventana.
No quiero terminar esta entrada sin agradecer los comentarios de la profesora Ivana Delgado, que me ayudaron a reenfocar mi aproximación inicial.
Referencias
Freud, S. (1916-1917/1992). Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-1917/1992), En Obras Completas. Volumen 15 (J.L. Etcheverry, trad.) (pp. 1-220). Amorrortu.
Freud, S. (1926/1992). ¿Puede ejercer los legos ejercer el análisis? Diálogos con un juez imparcial. En Obras Completas. Volumen 20 (J.L. Etcheverry, trad.) (pp. 167-234). Amorrortu.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1832
Burgos, España