
Ana Arroyo Waldhaus, directora del laboratorio SIGNE, en el Club de la Experiencia Profesional de la Universidad Isabel I.
15 de mayo de 2025. Ana Arroyo Waldhaus, directora del laboratorio SIGNE, ofreció recientemente una charla en el Club de la Experiencia Profesional bajo el título ‘Análisis documental y forense’. La sesión, moderada por María Hernández Moreno, coordinadora del Grado en Criminología, sirvió para adentrarse en el mundo de la seguridad documental, la pericia caligráfica y los mecanismos de lucha contra la falsificación.
Arroyo explicó que SIGNE es una imprenta de seguridad con más de 40 años de trayectoria, especializada en la fabricación de documentos que requieren un alto grado de protección: títulos universitarios, certificados académicos, pasaportes o documentos bancarios como cheques y pagarés. “Cada documento cuenta con medidas de seguridad reguladas por real decreto, además de otras propias que incorporamos para ponerle las cosas difíciles a los falsificadores”, subrayó la experta.
Fuerte presencia internacional
Aunque la empresa no puede fabricar papel moneda ni documentos de identidad, tiene una fuerte presencia internacional, especialmente en Latinoamérica. El trabajo del laboratorio de SIGNE se centra, en un 80%, en la pericia caligráfica, es decir, en la identificación y análisis de escritos, firmas o documentos sospechosos de falsificación. “Analizamos tintas, su composición y su durabilidad, y realizamos estudios de envejecimiento acelerado tanto de los documentos como de las tintas”, detalló Arroyo. El laboratorio cuenta con una doble vertiente de análisis: una física y óptica, y otra química. Todo ello se lleva a cabo en un entorno riguroso de control de calidad: “Se analiza título a título cada documento que se certifica”, añadió.
Durante la charla, la experta puso el foco en la diferencia entre grafología y pericia caligráfica, dos conceptos frecuentemente confundidos. “La grafología interpreta la personalidad del autor a través de su escritura. La pericia caligráfica determina si una firma o documento es auténtico”, aclaró.
Seguridad en el ámbito bancario
En el ámbito bancario, los documentos como pagarés se protegen en campos sensibles como el importe, el beneficiario o el vencimiento. Para ello, se emplean tintas invisibles, borrables o delebles que dejan señales claras ante cualquier intento de alteración. “Hay marcas que la tinta revela cuando se ha producido un acto fraudulento, como cuando se modifica un número 2 para convertirlo en un 8”, explicó.

Carátula de presentación de la invitada.
Otro aspecto destacado fue el uso de la firma digital y la biometría, especialmente en documentos firmados sobre tabletas. “Más del 60% de los documentos que analizamos ya se firman digitalmente. Utilizamos software especializado que capta trazos aéreos en 3D, para seguir el hilo gráfico de la firma auténtica”, comentó Arroyo. SIGNE también trabaja en soluciones de seguridad mediante blockchain, que ya se aplica en áreas como la trazabilidad de medicamentos o la autenticidad de productos de lujo.
Sobre los títulos universitarios, Arroyo indicó que se utilizan dos tipos de soporte: uno inerte (mezcla de plástico y celulosa) y otro más tradicional en papel. Ambos cuentan con medidas como tintas invisibles, cuatricromías, golpes secos o tintas metaméricas que dificultan la falsificación.
Auge del uso fraudulento de documentos oficiales
La ponente también alertó sobre los peligros del auge de la tecnología digital y su uso fraudulento. Aunque no pudo revelar detalles sobre su caso más complejo, todavía judicializado, sí compartió otro en el que una firma auténtica aparecía en un documento alterado mediante raspado físico, disolventes y un folio manipulado. “El análisis microscópico permitió detectar el levantamiento de fibras y una cifra modificada”, explicó.
Finalmente, Arroyo alertó sobre el uso de inteligencia artificial como herramienta pericial. “Hoy por hoy no se puede confiar en la IA para informes periciales. Cada caso es distinto y requiere un cotejo individualizado y profesional”, remarcó.
En cuanto a la formación en esta disciplina, señaló que la pericia caligráfica aún no está regulada oficialmente y que es imprescindible cursar programas de formación especializada. “Colaboramos con el CEDEU en un curso de experto universitario junto a AEDEC, que incluye prácticas en nuestro laboratorio”, explicó. No obstante, insistió en la necesidad de una formación continua: “Siempre hay novedades, nuevos equipos, y es clave mantenerse actualizado”.
La siguiente sesión del Club de la Experiencia Profesional será con la magistrada Concepción Pilar Fernández Martínez de Septién, titular del Juzgado de Instrucción nº 3 de Burgos. Este encuentro se celebrará el martes 20 de mayo, de 17:00 a 17:45 horas. Durante la sesión, la jueza compartirá su experiencia en la instrucción de causas penales, abordando procesos judiciales, metodologías de investigación y problemáticas recurrentes en el ámbito penal.
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