Andrés Seoane Fuente Departamento de Comunicación
Mié, 14/06/2017 - 09:16

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar

Ilustración: Fernando Serra

Este dicho gira en torno a los conceptos de la prudencia y la prevención. En esencia, nos advierte para que nos preparemos cuando veamos lo que les ocurre a otras personas, sobre todo si están en circunstancias similares a las nuestras, y actuemos para no cometer sus errores. O que si, inevitablemente, tenemos que afrontar algún problema, lo hagamos en las mejores condiciones.

No existe una fecha exacta para datar su origen, aunque los expertos apuntan que se conoce al menos desde el siglo XV, y también coinciden en que proviene de la expresión latina Barbam propinqui radere, heus, cum videris, prabe lavandos barbula prudens pilos (cuando veas afeitar la barba de tu vecino, ten la prudencia de poner la tuya a lavar).

El dicho se puede escuchar con ligeras variaciones (pelar o afeitar en lugar de cortar, vieres en lugar de veas, etc.), e incluso se ha difundido en los últimos años de la siguiente forma: Cuando las bardas de tu vecino veas arder… El fondo de la expresión no cambia, dado que bardas significa “seto, vallado” o también “maleza o matojos silvestres”. Su intención es la misma.

Entre otras consideraciones, pelarse las barbas tiene un significado de sentir y mostrar y dolor, y antiguamente se consideraba una gran afrenta cortarle la barba a un hombre.

En cuanto a las referencias a este dicho, podemos encontrarlas ya en los diccionarios de Sebastián de Covarrubias –Tesoro de la lengua española (1611)-, Esteban de Terrero (1765) y en la primera edición del Diccionario de la Academia (1726), así como en obras literarias del Arcipreste de Talavera (1398-1470), Hernán Núñez
Refranes y proverbios en romance (1549)- o Benito Pérez Galdós –De Oñate a la granja (1876)-.

Fuentes de consulta:

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