Elisa M. Profesora de Derecho de la Universidad Isabel I
Mié, 17/02/2016 - 18:10

Mi siguiente entrada del blog va a estar dedicada a la conocida como «justicia social», aprovechando que el próximo 20 de febrero de 2016 se conmemora el Día Internacional de la Justicia Social (establecido por la ONU en el año 2007).

Pero ¿qué entendemos hoy por «justicia social»?

Si acudimos a la etimología del término «justicia» (Del lat. iustitia), observamos que la primera acepción que nos ofrece la Real Academia Española la define como aquel «principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece». Por su lado, la palabra «social» (del lat. sociālis) alude a todo aquello perteneciente o relativo a la sociedad. 

Por tanto, de la combinación de ambas, surge la expresión «justicia social», cuyo origen se remonta a mediados del siglo XIX para referirse a la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales.

En este punto se suele defender que, en una sociedad con justicia social, los derechos humanos son respetados y las clases sociales más desfavorecidas cuentan con oportunidades de desarrollo. La justicia social implica, por tanto, el compromiso del Estado para compensar las desigualdades que surgen en el mercado y en otros mecanismos propios de la sociedad.

Un ejemplo práctico donde podemos considerar que sí se aplican esos principios de la «justicia social» es la sensibilización respecto a las personas más necesitadas y que requieren una especial atención que, desde que empezó la crisis, se está teniendo en los propios Juzgados. En este sentido, cuando se incautaban prendas robadas cuyo valor económico ya era indemnizado o pagado a la tienda que había sufrido el delito, lo normal era destruir las piezas. Sin embargo, en los últimos tiempos, se admite generalizadamente que resulta más justo y solidario darle un destino práctico a las mismas, donándolas a entidades sin ánimo de lucro u ONG especializadas para que estas las distribuyan equitativamente entre los más pobres. 

Entendemos que, con este simple ejemplo, se pone de manifiesto la importancia de una verdadera justicia social que, lejos de la legal, se aproxime más a las necesidades reales de una sociedad en crisis como la presente.

Por lo expuesto hasta ahora, podemos terminar afirmando que la justicia social se refiere a las nociones fundamentales de igualdad de oportunidades y de derechos humanos, más allá del concepto tradicional que hasta ahora se tenía de la «justicia legal» en sentido estricto.

 

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