María Isabel Labrado Antolín Profesora del Máster en Dirección y Gestión de Proyectos
Mié, 24/01/2024 - 10:21

RSC. Responsabilidad Social Corporativa.

RSC. Responsabilidad Social Corporativa.

Serie: 'A Global Outlook for Project Managers' (XXII)

La selección de un proyecto conlleva la inversión en recursos económicos, materiales, humanos con la esperanza de obtener un valor a futuro. Tradicionalmente, el análisis de los proyectos se ha realizado principalmente en clave del retorno financiero esperado, así como sus riesgos asociados. La incertidumbre de los mercados y la agresividad de los entornos competitivos actuales nos lleva a entender como retorno otros factores más abstractos que, igualmente, influyen en la creación de valor de un proyecto (cuota de mercado, satisfacción de clientes, intención de compra, …), sin perder nunca el foco con el alineamiento con la estrategia y propósito de la empresa. A colación de ello, se presenta la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como eje transformador de la estrategia empresarial (Olcese, 2011). En el entorno convulso actual (incertidumbre geopolítica, crisis climáticas, desigualdades sociales y la inteligencia artificial, etc.), las estrategias sostenibles crean valor creciente para las empresas. Las estrategias de sostenibilidad son fuente de ventaja de competitividad en las empresas (Forética, 2023). La mejor gestión de riesgos, reducción de costes energéticos, atracción de talento o acceso a ratings crediticios optimizados son ejemplos claros de impacto en la competitividad de las empresas.

En este escenario, se hace necesario considerar los criterios de sostenibilidad a la hora de evaluar y seleccionar los proyectos en los que la empresa debe invertir. ¿Qué indicadores son apropiados para analizar los criterios de sostenibilidad de un proyecto? Existen muchas iniciativas impulsoras de la RSC tanto a nivel nacional (sistema de gestión SGE-21 de Forética, el código de buen gobierno de las empresas cotizadas, …), como internacional (Libro Verde de la Unión Europea, los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), de la agenda 2030, la guía de prácticas ESG (Environmental, Social, Governance) de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Empresarial (OCDE, 2011). El economista Aldo Olcese, de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, propone cinco atributos que toda buena RSC debe cumplir:

  • Apertura y sensibilidad al entorno. Mide el grado de apertura y diálogo sistemático con el contexto en el que la empresa opera, a través de sus grupos de interés. Es una medida de flexibilidad.
  • Sentimiento de comunidad. A través de visión y valores compartidos, la empresa genera conocimiento, experiencia y potencial de manera conjunta.
  • Capacidad innovadora. La innovación es clave para la sostenibilidad de cualquier modelo de negocio actual. La responsabilidad y la sostenibilidad sirven de fuente de inspiración para identificar nuevas oportunidades.
  • Consideración a largo plazo. Donde puedan surgir relaciones de confianza y cambio cultural.
  • Creación de valor compartido. Supone una ruptura con la estricta racionalidad económica. La creación de valor para los grupos participantes, no sólo a los propietarios del capital, genera eficiencia. Esta eficiencia depende no tanto del valor conseguido sino de la armonía del reparto que de éste se realiza.

De esta manera, la “empresa responsable”, según Olcese, presentará estas cinco características (Europa Press, 2010). El proyecto, o cartera de proyectos, en los que se embarque una empresa responsable debe, a su vez, mantener y desarrollar estos atributos en el seno de la empresa. Desde la dirección de proyectos estamos llamados a la acción para evolucionar los criterios de selección de los proyectos y ampliar la mirada hacia nuevas maneras de entender la empresa y, por ende, los proyectos.

Cuando una organización o empresa implanta un modelo de gestión responsable requiere que, desde la dirección y gestión de proyectos, éstos se alineen con el nuevo modelo, asegurando así la consecución de los nuevos objetivos estratégicos de su modelo de negocio. Así, es recomendable considerar, entre los criterios de selección de proyectos, el grado de contribución y/o alineación del proyecto con la estrategia sostenible de la empresa: ¿de qué manera contribuye el proyecto a la creación de valor compartido?, ¿qué mecanismos de diálogo se establecen con los grupos de interés?, ¿favorece en manera alguna a la capacidad creativa de la empresa?, … estas y otras preguntas relacionadas enriquecen el proceso de selección e inversión de proyectos. Adicionalmente, se podría elaborar una matriz para comparar el carácter responsable de los distintos proyectos a evaluar. De manera gráfica y resumida podría plantearse así:

Gráfico de elaboración propia.

Fuente: Elaboración propia

Leyenda: Verde (muy responsable), amarillo (algo responsable), rojo (nada o casi nada responsable).

Bibliografía

Europa Press. (2010). RSC. Olcese apuesta por crear un nuevo modelo de capitalismo basado en la RSC para crear «empresas responsables». europapress.es.

Forética. (2023, 26 octubre). Reporte empresarial e impacto social: el nuevo marco europeo de los ESRS sociales. Forética.

OECD (2011): OECD Guidelines for Multinational Enterprises. Recommendations for responsible business conduct in a global context. Organisation for Economic Co-operation and Development, Paris.

OLCESE, A. (2011): Creación de valor y responsabilidad social de la empresa (RSE) en las empresas del IBEX 35. Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, Barcelona.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2697-2077

Burgos, España

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