Rubén Celorrio Lázaro - Jue, 12/09/2019 - 10:55
¿Cómo afectarán las nuevas tecnologías a la prevención de riesgos laborales? Oportunidades, desafíos y retos.
Actualmente nos encontramos inmersos en una revolución motivada por las tecnologías digitales. Habitualmente es denominada cuarta revolución industrial por el importante calado que conlleva, tanto en entornos laborales como sociales.
El ritmo del cambio es constante, provocando cambios en los equipos, las herramientas y la forma de trabajar de las organizaciones. Diferentes tecnologías, denominadas 'tecnologías habilitadoras', motivarán cambios drásticos en nuestra forma de trabajar, afectando de forma importante, entre otras cosas, a los riesgos laborales a los que nos enfrentamos.
Actualmente, conceptos como robótica colaborativa, realidad aumentada o inteligencia artificial están comenzando a formar parte de nuestra vida cotidiana. Los robots colaborativos trabajan conjuntamente con personas, dando el salto desde las células de fabricación aisladas, en las que trabajaba la robótica convencional, a trabajar de forma conjunta con los humanos.
Su instalación masiva acaba de comenzar y es un proceso imparable. La previsión es que, en 2020, el próximo año, haya más de tres millones de robots operativos en todo el mundo. Los avances son numerosos, por ello debemos considerar la necesidad de nuevas culturas y modelos preventivos que integren no solo a los nuevos 'compañeros', sino también a los equipamientos y tecnologías que trabajarán con nosotros a diario.
Complementario o sustitutivo de los humanos.
Las aplicaciones de las nuevas tecnologías son infinitas. Como ejemplo de ello, unas permiten minimizar riesgos en la manipulación de cargas, otras permiten la aplicación de productos especialmente nocivos para los humanos, otras minimizan riesgos del trabajo en lugares confinados, insalubres, peligrosos, etcétera.
La descarga hacia equipamiento inteligente de tareas monótonas o repetitivas, con poco valor añadido por parte del trabajador, permitirá mejorar, de forma correctamente gestionada, la carga de estrés, la motivación y otros riesgos ergonómicos o psicosociales del trabajador.
En contra, una mala gestión de la tecnología y las nuevas tareas a desempeñar potenciará esos, y otros riesgos. Por citar algunos, aumentarán los riesgos de colisión con elementos móviles, accidentes por mal funcionamiento o uso de equipos, tecnoestrés o tecnofatiga entre otros muchos. Los riesgos ergonómicos y psicosociales se verán potenciados y se abre un nuevo campo de estudio.
A pesar de los importantes avances, los humanos serán más aptos para muchos trabajos durante mucho tiempo. Junto a ello, diferentes tecnologías permiten actualmente mejores desempeños que los humanos en ciertas aplicaciones. La cooperación entre ambos, potenciando sus mejores destrezas, permitirá lograr los mejores resultados. Es necesario estar preparado para ello. La tecnología no es negativa por sí misma, pero sí que puede ser inadecuada la gestión y uso que hagamos de ella.
Conclusión
La tecnología está cambiando nuestros trabajos y nuestra vida, por lo que hemos de estar preparados para nuevas formas de trabajar, herramientas, métodos de gestión y necesidades profesionales. En contra, negar la evidencia del avance tecnológico, limitará las posibilidades de éxito de las organizaciones y de las personas.
Ante los nuevos escenarios, mantenerse actualizado es imprescindible. La formación en nuevas tecnologías y los riesgos laborales asociados a la misma permitirá dar el salto y no ver la misma como una amenaza, sino como una oportunidad de mejora. La tecnología permitirá potenciar nuestras cualidades, centrándonos en tareas de mayor valor añadido y productividad.
En definitiva, nos enfrentamos a un nuevo sistema al que se ha de llegar con una adecuada transformación digital y es imprescindible estar preparado para ello, especialmente en materia de Prevención de Riesgos Laborales.
Editor: 12/09/2019 Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN 2695-284
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