Isabel María Salces Cubero Docente del Máster en Recursos Humanos
Lun, 25/08/2025 - 07:44

Caritas hechas de madera desde la tristeza a la sonriente

Metáfora de la calificación sobre la estabilidad emocional de los trabajadores.

Serie: 'Gestión de Personas y Talento en la Era Digital' (LXXIII)

En la actualidad, el entorno laboral experimenta transformaciones constantes, con exigencias profesionales cada vez mayores y una competencia más intensa. Ante este panorama, uno de los desafíos más importantes para las organizaciones es conservar a su capital humano. Más allá de los beneficios económicos o el prestigio laboral, se ha vuelto evidente que el bienestar psicológico de los empleados influye de manera decisiva en su permanencia dentro de la empresa. La salud mental en el ámbito laboral ha pasado de ser un tema secundario a ocupar un lugar central en las estrategias de Recursos Humanos.

Antes de profundizar en el tema, es fundamental entender que el bienestar psicológico en el entorno laboral se refiere a una condición en la que la persona trabajadora se siente plena, con motivación, estabilidad emocional y capacidad para enfrentar sus tareas sin que estas afecten negativamente su salud mental (Mansollier & Aparicio, 2011). Este bienestar surge cuando existe un equilibrio entre las exigencias del puesto y los recursos —tanto individuales como proporcionados por la organización— que permiten manejarlas adecuadamente.

El bienestar psicológico en el trabajo se construye a partir de diversos factores, entre los que se encuentran: un ambiente laboral seguro y basado en el respeto, vínculos positivos con los compañeros, posibilidades de crecimiento tanto a nivel personal como profesional, reconocimiento por los logros obtenidos y facilidades para equilibrar la vida profesional con la vida privada (Humán-Mariscal, 2025).

Respecto a la relación entre la salud mental y la permanencia en el empleo, diversas investigaciones han evidenciado que los trabajadores que disfrutan de un buen estado psicológico tienden a ser más comprometidos, eficientes y fieles a la empresa (Hernández et al., 2024). En contraste, cuando el entorno laboral es negativo o genera altos niveles de estrés, se incrementan los riesgos de desgaste emocional, aparición del síndrome de burnout y, finalmente, la decisión voluntaria de abandonar la organización.

Riesgos del desgaste emocional en el trabajo

Según datos de la consultora Gallup (2023), los trabajadores emocionalmente desconectados tienen un 37% más de probabilidad de ausentarse, un 18% menos de productividad y un 15% más de probabilidades de cambiar de empleo. Esto sugiere que las empresas que descuidan la salud mental de sus empleados pagan un alto precio en términos de pérdida de talento, costes de rotación y reducción del rendimiento organizacional.

Sin embargo, a pesar de que la vivencia del entorno laboral puede variar según cada individuo, existen ciertos factores comunes que afectan negativamente el bienestar psicológico. Entre ellos se encuentran la excesiva carga laboral y la presión constante por alcanzar resultados, la carencia de autonomía en la ejecución de tareas, una comunicación ineficaz o carente de empatía por parte del liderazgo, la sensación de inestabilidad en el empleo, la falta de apoyo emocional y la escasa posibilidad de crecimiento profesional (Calapaqui et al., Del Consuelo, 2025).

Estos factores, combinados, crean un caldo de cultivo para la insatisfacción laboral y el deseo de abandonar el puesto.

Es por ello, que cada vez más organizaciones entienden que cuidar de la salud mental de sus empleados no solo es una cuestión de responsabilidad social, sino una estrategia eficaz para la retención del talento. Algunas de las prácticas más efectivas que se están implementando actualmente son (Castillo, 2025):

  • Programas de asistencia psicológica (EAP): servicios confidenciales donde los empleados pueden recibir orientación profesional en momentos de crisis.
  • Flexibilidad horaria y trabajo híbrido: la posibilidad de adaptar los horarios y combinar teletrabajo con presencialidad reduce el estrés y mejora el equilibrio vida-trabajo.
  • Formación en habilidades emocionales: talleres sobre mindfulness, gestión del estrés, comunicación asertiva o resiliencia.
  • Evaluaciones periódicas del clima laboral: permiten identificar áreas problemáticas antes de que generen conflictos o bajas por salud mental.
  • Liderazgo empático: formar a los mandos intermedios en inteligencia emocional es clave para fomentar entornos saludables.

Los elementos mencionados previamente han sido estudiados y desarrollados dentro del campo de la psicología organizacional, que actualmente constituye una base fundamental en los departamentos de Recursos Humanos. Esta disciplina ha dejado de centrarse exclusivamente en procesos como la selección de personal o la evaluación del rendimiento, ampliando su alcance hacia el estudio de los factores psicosociales, la identificación y prevención de riesgos emocionales en el entorno laboral, así como la creación de planes integrales orientados al bienestar del trabajador (Biedma-Ferrer, 2021).

Además, la psicología positiva ha cobrado protagonismo como enfoque útil para construir entornos laborales más humanos. Potenciar las fortalezas, fomentar la gratitud, crear espacios de reconocimiento y permitir que los empleados encuentren sentido en lo que hacen, son prácticas basadas en evidencia científica que aumentan el compromiso y reducen la rotación (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000).

Para concluir, en un mercado laboral donde el talento cualificado escasea y las nuevas generaciones valoran tanto el propósito como el salario, cuidar del bienestar psicológico de los empleados no es solo una obligación ética, sino una ventaja competitiva. Las organizaciones que promueven un clima laboral saludable y emocionalmente sostenible no solo retienen mejor a su personal, sino que también atraen a profesionales con altas expectativas de calidad de vida.

Invertir en salud mental laboral es, por tanto, invertir en sostenibilidad, productividad y reputación organizacional. En este nuevo paradigma, el bienestar psicológico deja de ser un lujo para convertirse en un activo estratégico esencial para el éxito empresarial a largo plazo.

Referencias:

Biedma-Ferrer, J. M. (2021). Inteligencia emocional: influencia en la gestión de los recursos humanos en las organizaciones. Revista Geon (Gestión, organizaciones y negocios), 8(1), 1-17.

Calapaqui-Chicaiza, J. J., & del Consuelo Campos-Murillo, N. (2025). Impacto de la sobrecarga laboral en la salud física y psicológica del personal sanitario: una revisión sistemática. MQRInvestigar, 9(1), e331-e331.

Castillo, D. A. A. (2025). Impacto del Reconocimiento en la Retención y Motivación de Talento Humano en Micro y Pequeñas Empresas. Estudios y Perspectivas Revista Científica y Académica, 5(1), 2490-2504.

Gallup. (2023). State of the Global Workplace Report.

Hernández, J., Sánchez, S., Martínez, J., Luis, K., Cruz, E., Gatica, L., & Jiménez, N. Salario Emocional: Clave para el bienestar laboral y la retención de talento en las empresas. Revista Iberoamericana de Ciencias, 11(3), 15-22.

Huamán Mariscal, J. (2025). Motivación laboral y Bienestar Psicológico en docentes peruanos. Horizontes Revista de Investigación en Ciencias de la Educación, 9(36), 167-176.

Marsollier, R., & Aparicio, M. (2011). El bienestar psicológico en el trabajo y su vinculación con el afrontamiento en situaciones conflictivas. Psicoperspectivas, 10(1), 209-220.

Seligman, M. E. P., & Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive psychology: An introduction. American Psychologist, 55(1), 5–14.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1816

Burgos, España