Diego Arceredillo Alonso - Mié, 17/12/2025 - 13:24
Arqueólogo experto en tafonomía.
Serie: 'Un Viaje por la Ciencia' (LXIV)
Cuando pensamos en la arqueología, solemos imaginar herramientas de piedra o las obras realizadas por antiguas civilizaciones. Sin embargo, pocas veces nos fijamos en los pequeños fragmentos de huesos que se recuperan en las excavaciones. La tafonomía es una rama de la arqueología que se dedica a estudiar lo que nos cuentan los huesos, a analizar lo que les ha pasado a los restos orgánicos, como huesos o dientes, desde que un ser vivo muere hasta que lo encontramos miles de años después. La tafonomía nos ayuda a entender el mundo del pasado convirtiendo esos restos en un libro abierto a la antigüedad.
La tafonomía permite saber qué marcas, realizadas sobre los huesos, fueron realizadas por depredadores, como humanos o carnívoros y cuáles fueron causa de otros procesos naturales como el fuego o las alteraciones del suelo. Gracias a ella, se puede saber si un animal fue cazado, si se cocinó su carne o si sus restos fueron desplazados por el agua o por otros animales. Los tafónomos son los forenses del pasado.
La taxonomía en el yacimiento de Arrillor (Álava)
Un ejemplo de la importancia que tiene la aplicación de la tafonomía en la arqueología, se encuentra en el yacimiento de Arrillor. La cueva de Arrillor, situada en Álava, fue testigo del paso de los neandertales hace 50.000 años. El estudio tafonómico de los restos recuperados en esta cueva ha permitido inferir que los humanos, y no los carnívoros, fueron quienes acumularon la mayor parte de los restos. Las marcas de corte presentes en la superficie de los restos óseos, los huesos quemados y sus fracturas han revelado que los neandertales procesaban las presas que cazaban.
El análisis de los distintos niveles estratigráficos ha mostrado también cambios en las estrategias cinegéticas a lo largo del tiempo. Los neandertales de Arrillor se adaptaron a los cambios ambientales que caracterizaron este periodo. En ocasiones ocupaban la cueva durante estancias cortas y, en otras, la utilizaron como refugio temporal entre cacerías.
Gracias a la tafonomía, Arrillor se ha posicionado como una pieza clave para entender cómo vivían los neandertales en el norte peninsular. Esta disciplina, ligada estrechamente a la arqueología y a la paleontología, permite saber quién manipulo los huesos, cuándo y cómo los procesó y ayuda a inferir las decisiones y la vida cotidiana de los grupos humanos que vivieron antes que nosotros.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1808
Burgos, España