Javier Fariñas Martín - Mié, 10/09/2025 - 11:48

Imagen que recuerda el conflicto bélico en Sudán.
Serie: 'El Poder de la Palabra' (XXXVII)
Henry Fielding dejó escrito a mediados del siglo XVIII que «un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya». Lo hizo en su obra The History of Tom Jones, a founding.
La reflexión, interesante y puede que actual, me ha traído a la memoria una máxima apócrifa que puede que haya circulado de boca en boca, de redacción en redacción, a lo largo de los años. Esta segunda aseveración sin autor o autora reconocidos viene a decir que «todos los días ocurren las noticias exactas para llenar las páginas de un periódico. Ni una más ni una menos». Si esto fuera cierto, una vez que el último pliego estuviera completo, el mundo se echaría a dormir hasta la aurora de la jornada siguiente.
Más o menos poéticas y omitiendo el azar en el proceso de selección de las noticias, los dos entrecomillados apuntan a la selección de la información, uno de los aspectos más relevantes del ejercicio de la profesión periodística gracias al que se decide qué noticias deben y no deben aparecer en las páginas (finitas) de los periódicos, los tiempos (limitados) de los programas de radio y televisión o las inalcanzables llanuras hipertextuales de Internet. Cuáles aparecen, con qué espacio o tiempo, y en qué orden.
Hay temas que entran y otros que no. Los hay que lo hacen con justicia y por derecho. Y hay algunos que, obsesivamente, se empeñan en no hacerlo. Los que tienen que ver con África, el continente vecino, se empeñan en encasillarse en este último bloque. Si nos detenemos en las páginas o espacios de Internacional de cualquier medio, dependiendo de nuestra sensibilidad, podremos constatar la ausencia sistemática de este actor relevante en el mundo global y multipolar. Aunque solo fuera por su pujante población, cerca de 1.400 millones de personas, y el impacto que sus ingentes recursos pueden tener en el devenir de la economía global, deberíamos intentar conocer algo más de lo que sucede en el continente vecino, y no solo quedarnos en apariciones esporádicas cuando un cayuco lleva a nuestras costas o la clase política dirigente denigra a la población migrante a causa de un sucio puñado de votos.
Cambios en el tablero mundial
Desde que Putin convulsionó el tablero mundial con una operación militar en Ucrania que en las primeras horas se preveía rápida, o desde que Israel se ha propuesto acabar con los gazatíes por la vía de los hechos, pocos son los días en los que estos conflictos [con rigor] han dejado de ocupar tiempos y espacios en los medios de comunicación. Más allá del enfoque de las informaciones y los análisis, estas guerras abiertas que desangran a poblaciones enteras protagonizan las reuniones de contenidos de las redacciones de todo el mundo. Con enfoques desde Moscú o Kiev, Tel Aviv o Gaza, pero también desde Bruselas, Washington, París, Madrid o Pekín, se intenta dar una visión lo más completa posible de aquello que ha ocurrido, de lo que está sucediendo o de lo que queda por venir en ambos escenarios. ¿Suficiente? No. Desde luego.
Pero no siempre tres más cuatro suman siete. Desde que Gaza y Ucrania ocupan el podio del interés mediático, se han producido derivadas de estos escenarios que no han recibido apenas atención de los medios de comunicación. Así, poco se detuvieron los medios, por ejemplo, en el impacto que tuvo el cierre del mercado del cereal ucraniano en el continente africano cuando comenzó la operación militar rusa. Como tampoco han prestado demasiada atención a la repercusión que puede tener para el futuro de la justicia internacional la denuncia por genocidio que presentó Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia en diciembre de 2023.
¿Por qué? Habría que ir redacción a redacción inquiriendo por ello, pero me pregunto, jugando con una hipótesis, qué habría pasado si una empobrecida Europa se hubiera visto privada del cereal. ¿Habríamos clamado con el silencio? O, en otro ejercicio hipotético, me cuestiono qué habría sucedido si un país del viejo Occidente hubiera tenido la dignidad que los sudafricanos de denunciar los crímenes que todos estamos contemplando. ¿Habríamos condenado casi al ostracismo esa iniciativa? M temo, y es una opinión personal, que no.

Sudán también está en el mapa de los conflictos bélicos.
¿Por qué no sucede lo mismo con Sudán?
Si bien estamos de acuerdo en que Gaza y Ucrania deben seguir siendo protagonistas de la información, hay que preguntarse por qué no sucede lo mismo con Sudán, país que el próximo mes de abril, si nada lo detiene, sumará su tercer año de un conflicto armado que ha sido catalogado por algunas autoridades e instituciones como la mayor crisis humanitaria de nuestro planeta. Los millones de ciudadanos desplazados dentro y fuera del país confirman esta aseveración. Así como los 18 millones [sí, 18 millones] de personas que pasan hambre a causa de un enfrentamiento en el que no pocos actores internacionales, como Emiratos Árabes Unidos, están jugando un papel imprescindible para que el drama siga arrasando a la sociedad sudanesa. Ha sido necesario que un corrimiento de tierras a finales de agosto sepultara un pueblo entero, Tarsin, para que los medios dejaran caer algunas migajas de esta tragedia y de lo que padece el país desde abril de 2023.
«Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, y en la mayoría de las ocasiones África no es una de ellas». No lo dijo Fielding, pero podía haberlo hecho.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1786
Burgos, España