Beatriz Robles Martínez Profesora del grado de nutrición humana y dietética
Mar, 29/04/2025 - 11:54

Comedores escolaresComedores escolares.

Serie: 'Un Viaje por la Ciencia' (LXI)

El 15 de abril se aprobó el Real Decreto 315/2025 que regula qué tipo de alimentos pueden ofrecerse en los entornos escolares, tanto en los comedores como en el resto de instalaciones.

Algunos de los requisitos que deberán cumplirse en todos los centros educativos (públicos y privados, desde 2º ciclo de educación infantil hasta el bachillerato o la formación profesional de grado medio), son los siguientes:

  • Al menos el 45 % de las frutas y hortalizas deben ser de temporada.
  • El aceite para aliñar las ensaladas debe ser aceite de oliva virgen o virgen extra y se priorizará el aceite de oliva y el de girasol alto oleico para cocinar.
  • Los primeros platos serán de hortalizas 1 o 2 veces por semana y se establece la misma frecuencia para las legumbres.
  • En los segundos platos, los alimentos que aporten proteína de origen vegetal tendrán que ofrecerse entre 1 y 5 veces a la semana.
  • La fruta será el postre de elección ofreciendo entre 4 y 5 raciones a la semana. Otros postres como yogur o cuajada (aunque no se limita a estos), como máximo una vez a la semana.
  • Como mínimo dos veces a la semana el pan será integral.
  • Los precocinados (croquetas, empanadillas, pizzas, pescados rebozados, etc) se limitan a una vez al mes.
  • Se deberá disponer de menús especiales para el alumnado que lo requiera por motivos éticos o religiosos, o, en su caso, se dispondrá de los medios de refrigeración y calentamiento adecuados para que pueda conservarse y consumirse el menú especial proporcionado por el entorno familiar.

Si lo analizamos solo en términos cuantitativos, es cierto que estamos hablando de un impacto importante pero relativo porque, en el caso de los escolares que usan el comedor solo a mediodía, afecta a 5 de las (al menos) 21 ingestas que hacen las niñas, niños y adolescentes en una semana si pensamos en una pauta de desayuno, comida y cena (sabemos que generalmente hay más ocasiones de ingesta, con lo que hablaríamos de una huella todavía menor). Lógicamente, si se usa el servicio de desayuno, o si la media mañana depende de lo que encuentren en la cantina o la máquina de vending, el efecto de esta medida va tomando otras proporciones.

Adolescentes en pasillo

Adolescentes en el pasillo del centro escolar.

Pero no nos quedemos ahí. Porque si nos salimos de ese enfoque y pensamos en el marco de la educación alimentaria, la cosa cambia. La “normalidad” son aquellas cosas con las que nos encontramos más habitualmente y cambia según el entorno y el momento; y el “sentido común” no es más que un consenso determinado por la sociedad en la que vivimos.

¿Familias monomarentales en los años 80? Raro. ¿Misma circunstancia en 2025? Normal. ¿Alimentos insanos en el mercado en la década de los 80? Escasísimos. ¿Mismos alimentos en las estanterías de los supermercados en 2025? No solo normal, sino mayoritarios por goleada.

Si en el colegio o el instituto los menores se encuentran a cada paso con refrescos, bebidas energéticas o snacks; si se sientan en el comedor y en la bandeja tienen precocinados, embutidos o postres lácteos, eso es lo normal. Con el agravante de que esto ocurre en un entorno educativo, lo que implícitamente le otorga el aval institucional. En nuestro contexto social comer alimentos insanos se ha normalizado, pero esto solo ha sido posible tras cambiar las reglas del juego y crear un entorno obesogénico. Al menos la administración, las instituciones que deben velar por la salud de los ciudadanos deben salirse de ese marco, especialmente cuando hablamos de menores de edad, que requieren una especial protección. Cambiando el sistema alimentario en el entorno escolar se mejorará sin duda la salud de las niñas, niños y adolescentes, pero también se instauran hábitos alimentarios y se les está dando un mensaje que va a la contra de todos los estímulos interesados que reciben a diario sobre su alimentación y que no tienen como objetivo que mantengan la salud, sino ganar dinero.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1808

Burgos, España

 

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