Marta Martínez Matute Profesora de Microeconomía
Vie, 26/06/2015 - 10:01

¿Qué ocurre cuando tienes un vecino molesto que pone la música alta en plena madrugada? Pensémoslo de otro modo. ¿Y si, por el contrario, tienes un vecino molesto que no hace más que entrometerse en tu propia vida y quejarse a todas horas de la música que escuchas incluso cuando invitas a tus amigos a una fiesta? En el mundo actual, lo más habitual es que se den problemas de este tipo a todas horas. Generalmente, estos problemas se pueden solucionar acordando entre ambos vecinos una solución mutuamente beneficiosa. Pero en otras ocasiones las reclamaciones pueden ser excesivas o los motivos de las mismas injustos, y no se consigue llegar a un acuerdo o el acuerdo no es mutuamente saludable. Por ello, puede ser más recomendable para las partes acudir ante un juez para que sus problemas se diriman a pesar de que ello suponga tener que asumir un coste en términos de tiempo o de dinero.

Cualquiera diría que estamos acostumbrados a lidiar con este tipo de circunstancias en la vida diaria. ¿Quién no conoce a un vecino molesto? ¿Quién no soporta los efectos de la contaminación? No obstante, este tipo de cuestiones tan cotidianas ha sido también un motivo para estudiar el comportamiento humano desde el punto de vista del análisis económico.

La ciencia económica ha evolucionado mucho en las últimas décadas. Una de las áreas de investigación que más interés ha suscitado en España en los últimos años es el Análisis Económico del Derecho. Aunque en otros países ya existían numerosas investigaciones sobre diversos temas relacionados con ello, en España ha sido un área con un impulso muy reciente. Sobre todo con el apoyo de la Asociación Española de Derecho y Economía se ha generado un creciente interés por temas de investigación que involucran tanto aspectos puramente jurídicos como métodos de investigación o técnicas económicas aplicadas al estudio de diversos fenómenos con un trasfondo normativo. Como dijo el conocido juez Posner, uno de los más famosos estudiosos de estas cuestiones, «the economic theory of law presupposes machinery for ascertaining the existence of the facts necessary to the correct application of a law». En general, una de las tendencias en esta área viene a responder a eso que se esconde tras una serie de preguntas: ¿qué límites tiene una ley? O ¿qué efectos económicos genera una ley?

Pero los temas tratados en el Análisis Económico del Derecho abarcan desde cuestiones relacionadas con las empresas, la regulación, la propiedad y la competencia en los mercados hasta el análisis económico del impacto de diversas leyes o del funcionamiento de la jurisprudencia y el sistema judicial pasando por temas tan diversos como la responsabilidad civil, el Derecho penal o el estudio del crimen. Y es que tanto la configuración regulatoria como la jurisdiccional contienen en su esencia un campo de estudio apasionante. Además, el análisis económico del impacto de la regulación es una de las cuestiones más importantes que han de estudiarse si se quiere conocer cómo responde la economía ante diversas perturbaciones o qué efecto tienen diversas políticas públicas.

La tradición académica relacionada con el estudio de estos temas en otros países es más que boyante y antigua. Desde que en 1960 el economista y premio nobel Robert Coase escribiera uno de los artículos primigenios en este campo, The problem of Social Cost, en el que trata el ejemplo expuesto al principio sobre los acuerdos mutuamente beneficiosos y los costes de transacción a raíz del caso Sturgevs vs. Bridgman entre un médico a quien molestaba el ruido y un estudiante joven que era su vecino, no se ha dejado de profundizar en cuestiones que interrelacionan Derecho y Economía, como son los costes de transacción. Pero también en temas como la eficiencia del sistema judicial, los factores que afectan a los jueces, las patentes, las externalidades o incluso a temas que van más allá como la familia. Otro premio nobel como Gary Becker profundizó en por qué las personas se casan o se divorcian a partir de elementos económicos que están involucrados en estos actos. Por ejemplo, los divorcios suelen ser más frecuentes durante los primeros años del matrimonio, ya que la implicación económica es menor al no haber invertido un gran capital económico (y sentimental) en ello, mientras que conforme pasa el tiempo, los vínculos son tan grandes que el divorcio conllevaría un coste mayor. También el propio Becker profundizó en el estudio del crimen, analizando el comportamiento criminal en tanto que se muestra como un comportamiento racional en el que los propios criminales llevan a cabo un análisis de los costes y beneficios de sus actos delictivos.

Así pues, se observa que cuestiones tan variopintas pueden tener un trasfondo económico, por lo que el análisis económico muchas veces está más presente en nuestras vidas de lo que parece. A menudo asociamos cuestiones económicas a aquello que sale en los telediarios o en la prensa (desempleo, PIB, exportaciones, tipos de interés, empresas). Sin embargo, son numerosas las áreas en las que el análisis económico puede ser una herramienta para analizar lo que en definitiva es primordial: el análisis del comportamiento humano, no solo como agregado económico o como productor de bienes y servicios sino esencialmente como un agente con una serie de preferencias cuya utilidad en muchos aspectos de la compleja vida diaria trata de maximizar.

El Análisis Económico del Derecho ha despertado mucho interés porque está estrechamente vinculado a las personas en cuanto ciudadanos de un país en el que existen unas reglas de las que se derivan unos derechos y unas obligaciones. Las consecuencias, en términos de eficiencia, de esas leyes, también nos afectan. Los problemas jurídicos a menudo tienen consecuencias entre todos los ciudadanos. Y a menudo los instrumentos económicos pueden resultar útiles para desentrañar qué motivos inducen a unas y otras partes a actuar de algún modo determinado.

O como dijo Borges, «todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas». Para ello, la ciencia económica aporta un gran instrumental al servicio del análisis del impacto de las políticas llevadas a cabo y de lo que, en definitiva, representa el Derecho.

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