Gustavo Eduardo Toledo Lara Profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Isabel I
Mar, 23/02/2016 - 09:30

      En muchas oportunidades, la llegada de aquel momento en que se debe pensar en cómo elaborar un trabajo final (ya sea de grado, máster o doctorado) siempre suscita una serie de sentimientos encontrados que, básicamente, giran en torno al temor o rechazo ante el abordaje del trabajo propiamente dicho. Sin embargo, muchas veces el desconocimiento hace que nos paralicemos ante lo que se debe hacer descuidando un factor primordial: el tiempo de elaboración de dicho trabajo y, desde luego, el método para hacerlo.

     En primer lugar, es necesario adoptar una postura firme y serena. La metodología de la investigación va a depender del tema que queremos trabajar y del objetivo que queremos alcanzar. Generalmente se asocia (de manera equivocada) que la metodología de la investigación es un simple requisito de una tarea para que la misma sea compleja y difícil, y desde luego esto carece de verdad. Uno de los aspectos más recurrentes es el pretender abordar una determinada metodología de la investigación sin considerar el tiempo necesario para su desarrollo.

mujer-pensando     Ahora bien, de manera sencilla podemos comprender que la metodología de la investigación es el modo por el cual nos vamos a apoyar para darle «forma» al resultado de eso que queremos investigar, es decir, ese trabajo que debemos presentar necesita adquirir una forma o estilo científico ya que, al encontrarnos en este caso dentro del mundo universitario, ese estilo es el que lo caracteriza y, a la vez, forma parte de un lenguaje universal. Por lo tanto, el desarrollo de la metodología de la investigación es una herramienta que está a nuestro servicio y, así, nuestro trabajo por desarrollar se integra en toda una dinámica universalmente acordada. Sin querer ser ambiciosos, también debemos tener presente que, al ser una Universidad, nuestros trabajos pueden ser consultados casi por cualquier institución o persona en diversas partes del mundo y, por ejemplo, la organización interna o la bibliografía ayudan a los demás investigadores a observar y a reconocer los elementos que todo trabajo debe tener.

     Podemos enumerar una serie de mitos que generalmente giran en torno a eso que llamamos «metodología de la investigación»:

1) La metodología de la investigación es para hacer el epígrafe o capítulo que tiene que ver con la numeración de las páginas o las citas. Falso: la metodología de la investigación nos ayuda a darle el estilo que debe tener todo trabajo universitario. La numeración de las páginas o cómo se hacen las citas literales o no literales forma parte de los criterios o normas para la elaboración de los trabajos.

2) La metodología de la investigación es solo para los trabajos de corte cuantitativo. Falso. Y este es un error algo común. En la actualidad ya está fuera de vigencia la discusión sobre la validez de lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Ambas perspectivas tienen sus propios criterios de validez y es precisamente la metodología de la investigación la que nos aportará los criterios aplicables a cada uno de estos estilos. Por otro lado, ninguna investigación es totalmente cuantitativa o totalmente cualitativa ya que siempre vamos a tener referencias o fuentes de ambas perspectivas. Hablamos entonces de un estilo mixto, aunque en el desarrollo del trabajo exista más presencia de uno que de otro.

3) Las famosas normas APA solo sirven para la Universidad que las use. Falso: si bien es cierto que en el mundo existen varios estilos, las normas APA suelen ser las más generalizadas (aunque no las únicas) y en el mundo universitario son las más empleadas. A continuación vamos a ver de manera resumida algunos estilos que existen en la actualidad, incluyendo las normas APA, para poder apreciar y reconocer que las diferentes normas tienden a adaptarse según sea la naturaleza de la disciplina o campo de estudio:

  1. Estilo APA (conocido también como normas APA). Creado en 1929 por la American Psychological Association. Establece el formato para todo tipo de citas y documentos en psicología y ciencias sociales. Incluye también la estructura de los documentos, longitud, puntuación, cuadros, abreviaturas y citas bibliográficas.
  2. Estilo Harvard referencing. Generalmente utilizado en algunos países de Norteamérica. Es una forma de realizar las citas en contexto y de hacer las correspondientes listas de referencias. Su principal característica es el empleo de las citas en contexto con el formato «autor-fecha»  o «autor (fecha)», según sea el caso.
  3. Estilo Chicago (CMS) (CMOS). Generalmente utilizado en algunos países de Norteamérica en áreas de historia, ciencias sociales, arte, musicología y literatura. Es uno de los estilos bibliográficos más antiguos y más conocidos. El CMS establece las normas de estilo de edición, organización del texto, notas, citas, entre otros aspectos.
  4. Estilo Vancouver (1978). Establecido por el International Committee of Medical Journal Editors (ICMJE) y usado por las principales revistas de medicina. Este estilo define el modo para la distribución de estudios e informes biomédicos. Por otro lado, señala normas y recomendaciones para la publicación de artículos científicos, revisiones, citas bibliográficas, ediciones.

 

4) La metodología de la investigación sirve solo para los científicos y para los que trabajan en laboratorios. Falso: toda investigación, sea sencilla o compleja, necesita seguir una serie de pautas y criterios. Desde luego el grado de complejidad del tema a estudiar va a determinar la metodología que es necesario adoptar, pero en definitiva todos los trabajos universitarios de todas las áreas deben adoptar las normas establecidas para su elaboración y desarrollo.

5) La metodología de la investigación se puede dejar para lo último que hay que hacer cuando se desarrolla un trabajo. Falso: al definir qué es lo que queremos estudiar o investigar, en ese momento se empieza con la metodología correspondiente. Ahora, si nos referimos a las normas de la estructura y estilo, de igual manera deben estar presentes de principio a fin y, por lo tanto, no es un trabajo extra. En todo caso, el factor tiempo determina en gran medida la correcta elaboración del trabajo ya que deben ser considerados muchos aspectos que, al hacerse a última hora, se corre el riesgo de que dicho trabajo no tenga todos los aspectos tanto necesarios como importantes.

6) Puedo usar alguna página de Internet para hacer un trabajo metodológicamente correcto. Falso: esto no es cierto ya que las páginas no conocen, por ejemplo, el contexto de lo que estudiamos o el objetivo que perseguimos. Lo que sí podemos hacer es encontrar bibliografía actualizada sobre lo que trabajamos accediendo a las bibliotecas virtuales de gran número de universidades. Por otro lado, el ordenador no genera ideas originales, quienes las generan son los seres humanos. Podemos obtener datos y cifras, pero nosotros las convertimos en información y conocimiento.

exito     En definitiva, se trata de reconciliarnos con la metodología de la investigación y empezar a verla como un aspecto familiar dentro de nuestra dinámica no solo como estudiantes, sino como investigadores, profesores y todos aquellos que queremos transmitir y socializar el conocimiento.

 

Entrada publicada el 23/02/2016

Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN: 2659-5222

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