Gustavo Eduardo Toledo Lara Profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Isabel I
Lun, 04/06/2018 - 17:50

Mujer confusa

Después de un período de tiempo invertido para realizar un trabajo final, ya sea de grado o de máster, contar con el visto bueno del tutor y hacer los últimos ajustes, viene la defensa final. De forma recurrente muchos estudiantes ven esta defensa como un trago amargo, como una especie de tormenta apocalíptica en la que el principal protagonista es el nerviosismo y hay que librar una férrea batalla para lograr vencer a los implacables miembros del tribunal que nos sea asignado. Visto así, de entrada, lógicamente nadie quisiera pasar por esta “amarga” experiencia.

Debemos partir del principio que la defensa es un acto establecido en el Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales.  Así y para los casos del Grado, Máster y Doctorado, “estas enseñanzas concluirán con la elaboración y defensa” del trabajo correspondiente. Por lo tanto, el acto de defensa debe realizarse. Es un acto académico correspondiente a la última evaluación exigida para alcanzar la titulación y como tal, reviste su singularidad al ser la última actividad a la que debe hacer frente el estudiante justo antes de titularse.

Ahora bien, la defensa propiamente dicha siempre tiene esa sombra de temor ya que se cree que gira en torno, a que el tribunal va a preguntar algo que no sabemos y por lo tanto no vamos a aprobar. Esto es categóricamente falso.  Ya el tribunal ha leído previamente el trabajo y hará comentarios, observaciones o preguntas sobre el trabajo, no sobre otra cosa. Generalmente los estudiantes saben la respuesta, pero como se dejan dominar por los nervios, la respuesta se expresa de forma atropellada y lógicamente no es una respuesta acertada.

Otro de los aspectos más recurrentes es el hecho de intentar repetir todo el texto del trabajo en poco tiempo, incluyendo números de página, portada o todos los autores de la bibliografía. Esto es desde luego un gran error ya que no se hace un uso equilibrado del tiempo con lo cual, se habla en la defensa de lo que no se tiene que hablar, en detrimento de expresar lo que realmente es sustantivo al trabajo que se está defendiendo. Esto, junto a los nervios, aunado a la presión por utilizar el tiempo previsto, es el ambiente perfecto para una defensa desacertada. Ni hablar de la insistencia en tener “material de apoyo” que generalmente más que apoyar, confunde.

Además de dar cuenta de una investigación realizada, es sumamente importante tener la competencia de comunicarnos profesionalmente, ejercer autocontrol sobre nosotros mismos y mostrar seguridad. Esto también forma parte de aquellas competencias a ser evaluadas al momento de la defensa.

 

Lo recomendable es tener en cuenta lo siguiente:

1.-Es un trabajo realizado durante un buen tiempo, con lo cual, nadie sabe más de ese trabajo que tú.

2.-Recuerda que el tribunal ya ha leído tu trabajo. Aprovecha el tiempo y expresa lo que realmente habla de tu trabajo y no pierdas tiempo leyendo la portada o la bibliografía.

3.-Puedes hacerte un guion antes de la defensa para que puedas organizar la información. En ese momento podrás equilibrar lo que vas a hablar de manera que hagas el énfasis en lo realmente necesario. Al momento de la defensa, puedes utilizar un guion con la menor cantidad de palabras, solo las necesarias para que visualmente puedas ubicarte mientras hablas sin confundirte con algo hecho por ti mismo. En todo caso, siempre se recomienda no tener ningún distractor.

4.-No es necesario que te disculpes ante el tribunal por tus nervios. Eso, aparte de que le resta formalidad a tu presentación, no te ayuda absolutamente en nada. Sería recomendable que te hidrates antes o después de la defensa, pero si tu mismo te interrumpes para beber agua, no resulta tan útil. La defensa es un tiempo relativamente breve.

5.-Antes de tu defensa, ensaya todas las veces que necesites. Resulta muy útil hacerlo frente al espejo para que mires como gesticulas, cuando haces énfasis o lo que necesitas ampliar o reducir. El ensayo es fundamental ya que te permite calcular el tiempo y te ofrece seguridad.

6.-Tal y como se ha apuntado en líneas anteriores, la defensa forma parte de la ultima evaluación. Es una actividad formal y es necesario mostrar el debido respeto en ese momento, tanto a nosotros mismos como al propio tribunal. El lenguaje utilizado y los términos también son evaluados.

7.-Importante: los nervios y la ansiedad son normales. Lo que no es normal es dejarse dominar por los nervios. El autocontrol también forma parte de lo que ya debemos tener en correspondencia con el nivel de estudios en el que nos encontramos.

8.-Intenta disfrutar del momento. Después de años de estudios llegar hasta aquí es un gran logro. Vivirlo con intensidad, pero en su justa dimensión es lo ideal. Así tendrás una bonita experiencia al final de tus estudios, pero si tú mismo te interrumpes o te haces víctima de tus propios nervios, no tendrás un buen recuerdo de esta experiencia.

 

Finalmente, la defensa del trabajo final forma parte de la evaluación. Es una experiencia que, vivida con intensidad pero con seguridad, puede llegar a ser entrañable.

Entrada publicada el 04/06/2018

Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN: 2659-5222

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